jueves, 12 de enero de 2012

Joseph Roth

Comentario sobre Fuga sin fin de Joseph Roth

Con sorpresa agradable encontré la primera novela que he leído de Joseph Roth, nacido en el Imperio Austro-Húngaro, en Brody (ahora Ucrania) en 1894, exiliado en París desde 1933 hasta su muerte, ocurrida en 1939.

La corta novela, la edición de Acantilado tiene 166 páginas, es la historia de un oficial burgués de origen austríaco capturado por los rusos en la Primera Guerra Mundial, y rechazado por su país cuando logra escapar. Entregado nuevamente a los rusos por Austria, éstos lo reciben como suyo, con quienes comparte la revolución. Regresa nuevamente a su patria con la esperanza de buscar a la que había sido su prometida antes de irse a la guerra.

Es una historia de un hombre que por azar se vuelve rojo y lucha a favor de la revolución rusa sin compartir la convicción marxista porque no puede abandonar su ideología burguesa; pero que, al regresar a Europa, encuentra que poco entiende a la sociedad de la que Rusia buscaba separarse. El hombre vive como extranjero en Rusia, y se vuelve apátrida al regresar con su familia; condición que Roth largamente reflexionó a lo largo de su obra, según leí en algunas biografías disponibles en línea.

Una cualidad asociada que me parece interesante de la novela es que pareciera como si el oficial, a la mitad del camino hacia el socialismo, comentara sobre el argumento de La montaña mágica, cuando comenta impresiones sobre la sociedad que encuentra, un burgués desteñido que se aparece como honesto ante su hermano y amigos.

Una buena novela sobre el desasosiego de la Europa en guerra.

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